Página 113 - RevistaNumero5

Versión de HTML Básico

Revista LifePlay Nº 5 – Mayo 2016 – ISSN: 2340-5570
109
plano de
continuum
donde cada
frame
-cuerpo consta y se hace
notar. Detenemos el seguimiento (diegético), pero los efectos tren-
cinémicos no agotan la individualidad de los
frames
, que persisten
a la persistencia de la visión
, y continúan en la extra-diégesis (o
quizá en la infra-diégesis) como esculturas, clones o avatares en
loop
. Hemos detenido el celuloide-cuadro pero las imágenes, in-
transigentes, transitan ante nuestros ojos. Nuestro avatar cae en el
infinito. Sin intervalos, sin la mínima discontinuidad del espacio
negativo, estroboscópico o programado. Queda patente que el es-
pacio, como objeto en falta, se expresa. Porque, insistimos, abrir
agujeros en el límite es gamificar el
bug
, avanzar hacia el código.
Frames
-cuerpo que ya no representan tanto la diferencia de un
diferir en el tiempo, caso del cine, como vidas posibles, vidas infini-
tas. El
continuum
infinito del
loop
para las vidas infinitas del ava-
tar.
Entendemos así que
The Fourth Wall
tiene como protagonista ese
avatar cuyo poder le permite moverse bajo los marcos. El avatar
que se mueve para el mundo, sin que ningún seguimiento, ninguna
continuidad, lo resuelva otra vez en la máquina ajena. Decíamos
que en Gondry los fotogramas rompen la cuarta pared de su plani-
tud para surgir, en fuga, como cuerpos plenos, esquivando su con-
dición lateral. Sin embargo, son concebidos en la continuidad rein-
cidente y diegética tanto del soporte convencional como del plano
secuencia. El Masstransiscope concurría, por el contrario, en una
legibilidad maquinal desde el soporte del tren, o sea, partiendo de
la concomitancia física del vehículo con el
travelling
lateral. Corre-
lativamente, la perspectiva subjetiva (
first person
) de
Portal
aban-
dona el aspecto anti-humano (o sobrehumano) del
travelling
y del
scroll
lateral, y se construye desde otra forma de continuidad, cuyo
futuro ya es casi presente en el actual desarrollo de las VR.
Con todo, las réplicas siguen ahí. En la delgada línea ontológica de
Portal
, en el parpadeo estroboscópico, en el límite del cuadro y en
el
no man's land
del tren. Porque si el tren-cinémico de Brand
suscita un horizonte especulativo, es el de un paradigma, que remi-
tiendo a las escenas de
Possesed
y
Snowpiercer
, concretaría el
vehículo como el
axis mundi
de un planeta invertido. Desde el no-
lugar de los vagones en movimiento, el exterior es una ficción infi-
nitamente clonada. También desde ellos se cumple la ley. Mirar
hacia fuera desde el espacio ausente, produce, sin que podamos
impedirlo, iteraciones ontológicas, réplicas sin fin.