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Revista LifePlay Nº 5 – Mayo 2016 – ISSN: 2340-5570
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Terminando el texto con una reafirmación del comienzo en rela-
ción con la búsqueda de la felicidad y alegría confirmada por el
amor a Dios y el deseo de procurar el bien general:
[…] creo que nada habrá que pueda hacer durar más el nombre
del inventor. Pero tengo razones más fuertes que ésta para pensar
en este proyecto, pues la religión que escrupulosamente profeso
me confirma que el amor a Dios consiste en un deseo ardiente de
procurar el bien general, y la razón me enseña que nada contribu-
ye más al bien general de todos los hombres que aquello que per-
fecciona a la razón misma. (Leibniz, 2011c: 22)
En 1678 en
El análisis de los lenguajes
asumirá para este proyecto
el estudio de una gran cantidad de lenguas con el fin de depurar los
caracteres universales y la revisión de todos los conocimientos hu-
manos. Es decir, desde una lengua universal reescribir metafísica-
mente toda la historia. “Así preparados llegamos a las ciencias
mismas, y ante todo a la más general, es decir, a la metafísica. […]
De ahí avanzamos a las matemáticas y finalmente concluimos con
la física y la historia”
(Leibniz, 2011d: 29)
.
E indicando el fin prácti-
co de este nuevo conocimiento: “Finalmente debe escribirse el libro
práctico sobre el modo de aplicar las ciencias a la práctica, el cual
debe constar de problemas dispuestos en el orden que contribuya a
nuestra felicidad o a la de los demás”
.
(Leibniz, 2011d: 29). Ligando
así la búsqueda de una lengua universal a la resolución de todos los
problemas metafísicos, matemáticos, estéticos, sociales e históri-
cos, conducidos al fin último de la Felicidad.
Para los mismos años de 1678-1679 en un texto llamado
Historia y
elogio de la lengua o característica universal
, expondrá de forma
más directa su idea de la
Característica Universal
pero esta vez
mencionando la polémica respecto a la existencia y conocimiento
místico de una originaria
lengua adánica
(
lingua adanica
) que
uniría dos dimensiones del conocimiento:
[…] nada existe que no admita el número. Y así el número es casi
una figura metafísica […] Ya desde Pitágoras los hombres se con-
vencieron de que en los números se esconden los máximos miste-
rios. Y es creíble que Pitágoras haya llevado esta opinión –como
muchas otras– de Oriente a Grecia. […] Mientras tanto subsistió
en los hombres una admirable propensión a creer que es posible
realizar descubrimientos mediante números, caracteres y cierta
lengua nueva que algunos llaman «adánica» y Jakob Böhme die
Natur-sprache («la lengua de la Naturaleza»). […] [Pero] nadie ha
alcanzado la lengua o Característica en la cual están contenidos el
método para inventar y el método para juzgar, esto es, la lengua
cuyas notas o caracteres garanticen lo mismo la notación aritmé-