Revista LifePlay Nº 2 – Febrero 2014 – ISSN: 2340-5570
            
            
              11
            
            
              disfraza dándole un dónde, un cuándo y un
            
            
              quién, para dar lugar al mito.
            
            
              
                CR:
              
            
            
              Una de las cosas que he observado, que
            
            
              no tiene nada de excepcional, es lógico… es
            
            
              que los videojuegos japoneses tienen mucha
            
            
              más predilección por echar mano de mitos
            
            
              propios y de otras culturas que los
            
            
              videojuegos de EEUU, que se centran más en
            
            
              el europeo gótico. Porque EEUU tiene una
            
            
              historia de dos siglos y medio y Japón de
            
            
              milenios. Japón tira mucho de esos relatos
            
            
              míticos, tanto propios como de otras culturas,
            
            
              ya sea europea, asiática… en concreto, en los
            
            
              juegos de terror ocurre mucho, tiran del
            
            
              folclore propio, y los americanos tiran mucho
            
            
              del europeo gótico, pero los japoneses son
            
            
              mucho más abiertos a cualquier tipo de
            
            
              cultura. Lo mismo te hacen juegos como
            
            
              
                Forbidden Siren
              
            
            
              y
            
            
              
                Project Zero
              
            
            
              , que beben
            
            
              del budismo y el sintoísmo y reflejan la
            
            
              tradición oral del país en torno a las historias
            
            
              de fantasmas, que te hacen uno como
            
            
              
                Dragon’s Dogma
              
            
            
              , un escaparate de criaturas
            
            
              fantásticas sacadas de la mitología griega.
            
            
              
                JJV:
              
            
            
              Son verdaderas esponjas culturales.
            
            
              
                LN:
              
            
            
              Y tienen muy agudizado el instinto
            
            
              comercial. Estaba pensando si no es ya una
            
            
              acción misma recurrir al mito en el instante
            
            
              en que te colocas en la piel de un avatar, que
            
            
              va a vivir una historia de características
            
            
              normalmente épicas o distintas a las que tu
            
            
              cotidianeidad te permite. Si nos ceñimos a la
            
            
              definición de Barthes, en ese gesto ya hay un
            
            
              principio de carácter mítico en el juego. Hay
            
            
              una cosa que dice Nietzsche, muy dolorosa,
            
            
              en
            
            
              
                El nacimiento de la tragedia
              
            
            
              , que viene a
            
            
              decir que el conocimiento de la realidad pura
            
            
              conlleva al sujeto a la inacción. Una vez
            
            
              contemplada la realidad tal y como es,
            
            
              conlleva un principio de inacción.
            
            
              
                JJV:
              
            
            
              Por verse superado…
            
            
              
                LN:
              
            
            
              Sí, porque es incapaz de acometerla. Si
            
            
              nos enfrentáramos a las cosas como son, nos
            
            
              volveríamos inactivos, porque nos veríamos
            
            
              tan sumamente incapaces de modificarlas...
            
            
              Esto a través de una realidad paralela,
            
            
              llámala como quieras, donde tú puedes
            
            
              actuar…
            
            
              
                CR:
              
            
            
              A través de la narración.
            
            
              
                LN:
              
            
            
              Si tuviéramos el conocimiento suficiente
            
            
              para entender lo espantoso que es el mundo
            
            
              realmente, las fuerzas que nos llevan, el
            
            
              verdadero sentimiento que emana del ser
            
            
              humano, la maldad, todo eso, si lo viéramos
            
            
              realmente con unas gafas de rayos X, sólo nos
            
            
              quedaría cruzarnos de brazos y no hacer
            
            
              nada.
            
            
              
                JJV:
              
            
            
              De hecho, ¿qué es lo que les pasa a
            
            
              quienes se ven superados por esto? O se
            
            
              suicidan, o se vuelven locos. Es decir, se
            
            
              asimilan de alguna forma a ese caos absoluto
            
            
              que es lo real. Es como la estructura típica de
            
            
              una historia de Lovecraft…
            
            
              
                CR:
              
            
            
              Estaba pensando en lo mismo…
            
            
              
                JJV:
              
            
            
              Lo esboza Nietzsche, lo sugiere Freud, y
            
            
              después Lacan lo hace explícito: el hecho de
            
            
              que estemos cautivos en una trampa de
            
            
              ficción
            
            
              compuesta
            
            
              de
            
            
              todas
            
            
              las
            
            
              identificaciones que nos convierten en
            
            
              sujetos. Nuestra identidad se basa en
            
            
              identificaciones ajenas, es el punto de
            
            
              encuentro de una multitud de choques, que a
            
            
              su vez vienen condicionados por otros
            
            
              choques. Como el signo lingüístico, cada uno
            
            
              de nosotros es un agujero en el sistema, un
            
            
              vacío que sólo es
            
            
              
                lo que no es
              
            
            
              el sistema. El
            
            
              disfraz de la nada que es el sujeto se compone
            
            
              del mito de lo ajeno.
            
            
              
                LN:
              
            
            
              Fijaos en lo que dice: “Quedan de este
            
            
              modo separados entre sí, por este abismo del
            
            
              olvido, el mundo de la realidad cotidiana y el
            
            
              mundo de la realidad dionisíaca. Pero tan
            
            
              pronto como la primera vuelve a penetrar en
            
            
              la consciencia, es sentida en cuanto tal como
            
            
              náusea; un estado de ánimo ascético, negador
            
            
              de la voluntad, es el fruto de tales estados. En
            
            
              este sentido el hombre dionisíaco se parece a
            
            
              Hamlet: ambos han visto una vez
            
            
              verdaderamente la esencia de las cosas,
            
            
              ambos han
            
            
              
                conocido
              
            
            
              , y sienten náusea por
            
            
              obrar; puesto que su acción no puede
            
            
              modificar en nada la esencia eterna de las
            
            
              cosas, sienten que es ridículo  o afrentoso el
            
            
              que se les exija volver a ajustar el mundo que
            
            
              se ha  salido de quicio. El conocimiento mata
            
            
              el obrar, para obrar es preciso hallarse
            
            
              envuelto por el velo de la ilusión” (
            
            
              
                El
              
            
            
              
                nacimiento de la tragedia
              
            
            
              , Alianza Editorial,
            
            
              1990, pág. 78).
            
            
              
                JJV:
              
            
            
              Y la tragedia de alguna forma niega eso,
            
            
              niega la ilusión.
            
            
              
                CR:
              
            
            
              Te planta frente a la realidad más
            
            
              evidente: que todo está determinado por
            
            
              cómo somos y que estamos condenados
            
            
              desde que nacemos porque viene en nuestro
            
            
              carácter.
            
            
              
                JJV:
              
            
            
              En ese sentido el psicoanálisis hizo un
            
            
              enorme descubrimiento al detectar la
            
            
              emergencia del inconsciente. Ya ni el sujeto
            
            
              podía estar seguro de ser lo que pensaba que
            
            
              era, de cuáles eran sus motivaciones. El
            
            
              sujeto de repente es la conjunción de varios
            
            
              sujetos en relación dinámica. Desde entonces
            
            
              nos movemos cada vez más en ese nivel
            
            
              líquido, indeterminable, que es de la realidad
            
            
              y de la propia estructura del sujeto. Una
            
            
              estructura dinámica, de juego de sí.
            
            
              
                LN:
              
            
            
              Estoy pensando en lo moldeable y
            
            
              paradójico que es todo, porque mientras que
            
            
              hemos concluido aquí lo de la muerte de la
            
            
              tragedia, al mismo tiempo a través de la
            
            
              acción, el videojuego es un medio que
            
            
              mediante su capacidad interactiva, permite lo
            
            
              que quería la tragedia ática, que era la
            
            
              máxima participación del espectador, una
            
            
              participación tan sumamente emotiva, que
            
            
              conmoviese el espíritu de quien participaba.
            
            
              Eso, aunque coincido con el argumento de la
            
            
              muerte de la tragedia, hoy día sólo nos lo